El poblado de Balmaceda, además de estar a un costado del aeropuerto y de la frontera con Argentina, te entrega la posibilidad de pasar un rato agradable, antes de continuar tu viaje. Te recomendamos llegar con dos horas de anticipación a tu vuelo, entregar tus maletas en el counter cuando aún no se forman tumultos e ir a recorrer la localidad de Balmaceda. Si viajas a Argentina por esta vía puedes detenerte unos momentos y disfrutar de este poblado que ha empezado a ofrecer excelentes servicios. ¡Está a sólo a una cuadra del aeropuerto!
Primero te contamos un poco de su historia, para que vayas entendiendo la dinámica de este pueblo inmerso en la pampa. Balmaceda fue fundada el 1 de enero de 1917 por José Antolín Silva Ormeño con el fin de reunir a los compatriotas que vivían en la provincia argentina de Chubut y que eran perseguidos por ser chilenos. Así, José Antolín Silva da vida a uno de los primeros poblados de la Región de Aysén y el más cercano a la frontera con Argentina, junto al Paso Huemules.
Cuando recorras sus calles verás muchas casas antiguas, con una arquitectura que reúne elementos típicos de las construcciones chilenas y argentinas de la Patagonia, como el uso de tejuelas y ladrillos. Al llegar a la plaza, recientemente remodelada, fíjate en el monumento “La imagen de un visionario” que recuerda a su fundador, y no te asustes si lo escuchas silbar, porque tiene un sistema de tubos que con el aire provoca un silbido. Y es que claro, en Balmaceda el viento nunca para de soplar, así que acá se le hace un homenaje, con un sector de la plaza dedicado a la feroz “brisa” patagónica. También hay juegos para niños, para entretener a tus hijos en la espera, y una pequeña muestra dedicada a la aviación.
Para conocer más sobre la historia del poblado visita la biblioteca y museo de Los Pioneros. Ubicado al lado de la plaza, es el lugar donde puedes encontrar información sobre el legado de los primeros colonos que llegaron a la Región de Aysén y encontrar actividades para toda la familia durante la mayor parte del año. Y de paso puedes llevar contigo alguna última buena historia, conversando con algunos de los colonos que aún sobreviven.
Después de la caminata, nada mejor que un rico café o comida. Te sugerimos dos restaurantes del pueblo, ambos excelentes picadas y con buenos precios. El Rincón de Mirna, de la señora Mirna Echaveguren, (Mackenna 832, Balmaceda) y se especializa en menús de almuerzo con comida casera. Y el restaurante Fast and Rich, de la señora Ruth Vera, ubicado en la Manzana C de la Población Vientos del Sur, tiene buenos sandwiches, donde puedes degustar una vez más la rica carne de estas tierras en un churrasco con pan casero.
Y cuando ya sea tu turno de despegar, mira al oriente y despídete de estos paisajes desde lo alto, sabiendo que tarde o temprano querrás regresar por nuevas aventuras e historias, porque la magia de la Patagonia es así: uno siempre regresa.