Si andas a pie, por favor haz un pequeño experimento: siéntate en un banco por un par de minutos y mira a la gente pasar. El lugar ideal para hacerlo es la Plaza de Armas de Coyhaique, porque tiene un peculiar diseño pentagonal, donde calles, pasajes, coyhaiquinos y visitantes se unen en un núcleo perfecto de actividad. ¿Listo? Bueno. Permítenos adivinar los resultados de tus observaciones…
Primero, no es difícil reconocer a los coyhaiquinos y diferenciarlos de los visitantes, ¿cierto? Probablemente has visto varios padres atentos a sus niños que andan corriendo por todos lados y acuden como enamorados a las aguas de la pileta. Algunos andan en bicis, ya que es un lugar seguro y popular para aprender. Y algunos suertudos van disfrutando de un rico helado. Los adolescentes están agrupados en las esquinas, donde seguramente están coqueteando o planificando las fiestas de la noche. Es muy probable que también veas varios empresarios y habitantes caminando rápido por el corredor central, con las manos llenas de papeles de algún trámite burocrático o comercial. Aunque están apurados, siempre se detienen a saludar a un amigo o familiar, porque la ciudad es pequeña y es fácil encontrarse con algún conocido. Todos ellos son los coyhaiquinos, el pulso de esta ciudad, su vida y su respiración.
Si tu visita es en verano, sin duda, también has visto decenas de visitantes, que al igual que tú están en busca de: 1) información turística, 2) servicios bancarios, 3) un buen lugar para comer, o 4) algo interesante para hacer. Son los más fáciles de distinguir, por sus mochilas gigantes, sus mapas, sus cámaras fotográficas al cuello, sus bicicletas armadas con maletas y/o la mezcla de idiomas y acentos de todos lados del mundo.
Aparte de tus avistamientos humanos (y, desde luego, bastantes caninos) es muy probable que este experimento haya tocado también tus otros sentidos: los sonidos de la música y el tráfico, los olores de las rosas y las palomitas, y las sensaciones del sol, la lluvia o el viento ¡ quizás los tres al mismo tiempo!
Ahora que ya estás orientado sobre la vida cotidiana del centro, permítenos darte una serie de tips para que puedas encontrar todo lo que buscas:
¿Información turística?
Hay opciones por todos lados. El odeón en la esquina oeste de la plaza alberga a la Cámara de Turismo de Coyhaique y a la Casa de Turismo Rural. Tienen información y consejos de turismo sobre toda la región. Detrás de este edificio se encuentra la calle Dussen, y cercano a Av. Prat está The Patagonia Experiencia Rural, un operador con varios tours y productos que privilegian los rincones rurales de la región. Si avanzas por Prat a la derecha, a mitad de la cuadra están las oficinas de la Cámara de Comercio y Turismo de Coyhaique, donde también pueden ayudarte. Por el lado noreste llegarás a la calle Bulnes, donde se ubican las oficinas de información del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur). Avanza un poco más y en la esquina de Bulnes con General Parra, están las oficinas de PuraPatagonia, otro operador de tours.
¿Servicios bancarios?
Justo al sur de Bulnes encontrarás la calle Condell, es la arteria donde se ubican la mayoría de los bancos nacionales y cajeros automáticos. Abren de lunes a viernes de 9:00 a 14:00, pero los cajeros automáticos funcionan las 24 horas. Hay dos casas de cambio cerca de la plaza: Casa de Cambio Turismo Prado en calle 21 de Mayo, y Casa de Cambio Austral (Paseo Horn 4, local 3).
¿Un snack?
Frente a la plaza, por el costado sureste, está la calle Subteniente Cruz. Aquí hay un bus estacionado donde venden ricos helados artesanales y una selección amplia de snacks y bebidas. Si prefieres sentarte un rato, disfrutar de un café, un jugo o una cerveza helada, un buen lugar para ir es Paseo Horn. Este peatonal tiene unos 100 metros de extensión y varios lugares para comer al aire libre, como si fuera un pequeño boulevard. Por ejemplo el Mamma Gaucha que destaca por sus pizzas a la piedra y su cerveza Tropera.
En la calle Dussen se ubican dos lugares muy ricos, Café y Pastelería Holzer y Te Quiero Café, ambos con una selección de cafés, jugos naturales y deliciosos pasteles. Y en la calle 21 de Mayo, un par de cuadras hacia al este de la plaza, hay varios restaurantes y cafeterías, como el Café Oriente, Café de Mayo, Café Confluencia y el Café Montana.
¿Algo interesante para hacer?
Si buscas un recuerdo especial, puedes visitar la feria artesanal, frente a la plaza. Hay puestos de artesanía local y nacional, destacando los mates en diversos materiales, el curtido natural de cuero y sus diferentes aplicaciones, tallados en madera nativa, trabajos en fibras naturales, lanas y cestería, entre muchos otros.
Los sectores comerciales de Coyhaique se reducen a unas cuantas cuadras: cuatro en la calle Prat, una en el Paseo Horn, tres en la calle Condell y dos en la calle 21 de Mayo. Recorrerlo y vitrinear no te tomará más de una hora, claro que si te gusta ir de compras considera más tiempo.
Si andas con niños, especialmente si es un día de lluvia, camina una cuadra hasta el noroeste por la calle Balmaceda hasta la Plaza Patagonia Parque de Entretenciones. Tienen un salvador salón de juegos, para edades desde los 6 meses hasta los 12 años.
Y vale la pena una visita a la Catedral de Coyhaique. Está frente a la plaza, tiene forma de cruz y su interior es de una solemne sencillez. Remata esta gran obra un enorme Cristo crucificado de madera, el sagrario y la Virgen de los Dolores, patrona del templo. El altar está hecho completamente de coigüe en una sola pieza y pesa cerca de una tonelada y media.